I. ¡Claudia!, ¡espera Claudia!, perdóname, decía
observando la mirada entrecerrada; no fue como pensaba. Todo era una idea
nominal que convulsionaba el contorno de la mañana, al despertar todo parecía
tan inasequible como la posibilidad de la irrealidad onírica, que revolvía el
vapor matinal, conformando un finalismo envolvente, hechos de causas no
satisfechas. La tranquilidad llegaba con las nuevas de las primeras líneas del
diario, hacia una fuga que como distracción, excluía al hilo de pensamiento que
ocupaba a Pedro, tanto como todos los meses sucesivos a su última separación,
ahora su último encuentro.
La calle río tigris, un aparente sitio
recóndito a media cuadra de avenida Reforma; el café paseo, cuya ubicuidad
prestaba a la palabra acogedor algo de su esencia, no por algo de suyo como
certeza situacional sino por las causas de coincidencias que concitaban al
lugar tanto por el acudir y por aparentes evocaciones particulares de
que parecía nutrirse. Sus bancos cómodos recubiertos de plástico beige sesgado,
aunado a los gajos de la alfombra que formaba el piso, daban una vista
desairada al tránsito de las personas quienes se detenían con el hábito de la
amabilidad condescendiente a la tranquilidad del dialogo amigable.
Libertino franqueado, nunca había sido inadaptable por no adecuarse, sino por fútilmente no pertenecer; parsimonioso por necesidad; aviádamente arrítmico al saberse parte de
una grácil animidad. Ero accidente vertiginoso; ir y venir de la forma social
que como una convención se conformaba de una aparente tenue resistencia y una
despreocupada demanda.
Ella era una evocación virginal de un espíritu elevado, plenamente graciosa, veloz e incontestable en su lógica rotunda; hermosa en la tranquilidad contemplativa; presa de su distancia, su inmovilidad. Su cabello se mecía al ritmo del andar con una suavidad acuosa, y en su mirada profunda donde desbordaban los tintes refulgentes de las cosas, eran un reflejo inmediato y rotundo de una obscuridad vacía, como si su inmovilidad tuvieran una constante sorda, antironica, como si todo permaneciera en la eternidad de su reflejo.
Y las pecas que contorneaban el filo de su
nariz, tomaban la forma gestual de su rostro con un movimiento inadvertidamente
feliz.
La casa era un lecho ramificado como la
propia oposición a saberse parte de una naturaleza particular e inaccesible de
donde habían ido del amor incipiente al sueño profundo en donde tantas veces se
hallaban inmersos. La horizontalidad,
sobria y fría; donde nunca había mala soledad, la bruma adoptaba un aire acomodaticio a los recovecos coincidentes, conformando una inaudita negación.
En la habitación había todo cuanto representación
excluyente. Su cercanía era de una potencia sacramental, todo les era relativo a la postración.
Pedro amaba la comida del mar; la emociones
de quienes disfrutan de tales aventuras culinarias no difieren en lo que
saberse presa de la emoción submarina corresponde probablemente a un biólogo;
el pulpo que era algo de lo que más disfrutaba; es un alimento que hace
de su ingesta una octopodoinstintiva asunción; que en Pedro
hacia sentirse sumergido en aguas salinosas, como si caminara trabajosamente por las
arenas profundas del mar de una inmersión sensorial.
En sus años iniciales Pedro había pasado mucho tiempo retozando en la playa junto a su familia, en una desolada costa en el
estado de Oaxaca, cercana a un lugar que entre sus características encontraba ser el punto más austral de la república.
El era parte de una pequeña familia, hijo único
de un matrimonio dechado de virtud; padre y madre profesores normalistas,
juntos por un azar sanguíneo de los ánimos cuya unicidad los había sorprendido
siendo compañeros universitarios y avocados a la docencia guiados por una
intuición, habían llevado a Pedro a la ciudad de México al cumplir la mayoría de
edad.
El poseía gran potencial, la mente ordenada que poseía era
el recipiente en donde se aglutinaban conclusiones sobre ideas originales nacidas
de la observación y pensamiento preciso.
Su cuerpo espigado y tes morena, tostada por
el sol recalcitrante de la costa era una manera de distinguirlo;
insistentemente coleccionando caracoles ante el extrañamiento y fascinación que
despertaba en quienes a menudo le rodeaban.
Sus años infantes habían sido vertiginosos.
Pedro era sabedor de un mundo cientifizado por sus certezas, que llevadas a la
práctica lo había llevado a poseer el jardín secreto de su ciencia.
Él y Claudia eran unidos, desde que se
conocieron, siempre de la mano, con la química que los mantenía con la suerte particular. Pedro salía con ella a menudo por las noches, y
conversaban por horas sobre cosas inverosímiles para una pareja, su unión tenía
el hilo conductor de la ciencia, con que teorizaban curioseando sobre proclividades. Era tradicionalista de un modo que despertaba la ternura, siempre presa a
la vivacidad de Pedro y sus ocurrencias, permanecía en la fortuna de sus a
veces hilarantes empatias.
Avocada con gran presteza a la docencia, el
mundo se revelaba entre sus actividades académicas y el matrimonio con Pedro
que conmovía el resto de sí.
De tal modo habían transitado de los años en que se
habían conocido, se habían enamorado, y luego casados, mudaron a la capital en
donde se habían establecido en un departamento de la colonia Roma.
La humildad con que lograba
avasallar los ánimos era una asocial característica, tenía piel blanca y en sus delgadas manos traslucían sus
venas como presa de una realidad inaudita. Su cabello era negro y lacio, y poseia pecas, que eran como una máscara inescrutable.
Rememoraban sus vivencias, eran a veces una réplica de cada día, en que se explicaban al recontar, cada acontecimiento mientras reían y cantaban.
Siempre sabían como hallarse, siempre lo habían sabido, como cuando alguien conoce las formas de su casa en la obscuridad.
A veces se sabe que la identidad es una suerte de unicidad, no como una réplica, no como algo que es igual a algo más, sino como algo que no es nada más, y esa es la fortuna de su cualidad, ser solo una cosa y nada más; no obstante sabemos que hay cosas que se replican de formas extrañas, de tal indomitez que se llega a creer que otro es uno mismo; con esta suerte de indisolubilidad, cuando no hay nada que nos diga que algo es tal, sino con la fuerza de la propiedad, con esa certidumbre se encuentra a veces a las personas.
No se posee nada más sino se tiene a uno mismo, y a ella le faltaba
la parte que continuaba en ese azar en que uno se encuentra a veces con que el
ambiente sirve para desentrañar el sentido de algo, como cuando se nace y se infiere
con el instinto primario. Con ese aire de incertidumbre buscaba insistentemente
en el ambiente.
Ella conocía mejor que nadie la colonia Roma, habían sido pocas las calles que no había caminado.
Ese día había sido presa de una realidad que le parecía extraña, no porque el contexto fuera novedoso, sino que cada objeto que lo conformaba parecía extracto de una realidad desconocida, camino la misma avenida antes de dar la vuelta a la izquierda, para llegar a su departamento, a cada paso que daba presagiaba una inmediatez asfixiante, empezó a marearse y a dar pasos sintiendo equivocarse, no era la misma colonia Roma.
Giraba el cuello buscando algún signo familiar que le diera certidumbre, pero cuando alguien más es uno mismo, nada le pertenece, es como si la propiedad familiar con que uno identifica las cosas perteneciera a una conciencia, independiente de la cosa, sin el ánimo, como la cosa en si, sin que nadie a pesar de ser ella le dijera que lo fuera.
No encontraba ningún rostro conocido, ¡Pedro! pensó con sórdida angustia, cuando al virar tuvo el mismo aire escalofriantemente novedoso, como si robaran la temperatura al aire del ámbito.
- No puede ser -, y entonces aquello que le era peligrosamente novedoso, no podía hallar un verdadero significado.
Los extraños son solo extraños creyó, rehaciéndose
a sí misma, sin que nada dejara de pertenecer a ese ominoso contexto.
Al llegar a su departamento; observó con detenimiento el pórtico de la cocina, sintió el ambiente queriendo hacerse de el como una revelación del mundo. Yendo poco a poco avanzó hasta el terciopelo de su habitación recorriéndolo copiosamente, le era propio con un aire extraño, algo había cambiado.
Animoso Pedro. Quiso volver a ese pasillo del
café paseo, a aquel lugar en donde ella le sonreía con esa característica picardia
y frivolidad, a ese sitió en que en límbica simultaneidad recorría con la
mirada el signo de esas pecas que danzaban como un león, en donde el cabello
caía con el brillo de una fuente espacial. Donde había recogido la nota: “el
amor; es como un viento fuerte”.
CAPITULO II. DOMINA PERVA
La forma era objeto, cualidad
intrínseca de la materia, la casualidad, extrañeza antigenérica que por causa de un azar apolineo formaba sutilmente una
imperentoria bonanza, así contumacia disidente clamaba con entereza
fraterna palmo a palmo la realidad, algo propio no una casualidad;
una certeza.
Entreveros y sombras hasta ahora
revelaban la visión, eso se había vuelto inexpugnable y
necesariamente explicable era en ese momento una práctica con
el tinte del horror.
No obsta saber, que todos habíamos
llegado iguales, desconocidos y absolutamente solos en la sordidez
que puede representar el contorno de la realidad, sumidos en vuestras
indómitas cualidades donde no audaces introspecciones.
En nuestros ojos habíamos caminado
parte y media de una vida que nos parecía desconocida con la
absolutez precoz del que mira algo por primera vez y cree, así circulan los contornos. En búsqueda de explicaciones; no era contemplativa en nuestras llamadas allananzas avidezas que hubieran
sido suficiencia retórica, menos el sentido del sentido.
Creíamos que todo era palmario en
ciertos grados, salvo nuestras almas abandonadas a la novedad
ignominiosa del que no sabe callar sin decir.
-Que irresolutez-.
Allí tal vez abreva el justo medio donde con la luz de una palabra que parece precisa se aglutina la realidad, donde en verdad dicha cosa nos es en el vertiginoso universo, un efímero término, para avanzar en la verdadera obscuridad; y aunque fuera la virtud un eufemismo no moral siempre es necesaria encontrar una reivindicación.
-Que irresolutez-.
Allí tal vez abreva el justo medio donde con la luz de una palabra que parece precisa se aglutina la realidad, donde en verdad dicha cosa nos es en el vertiginoso universo, un efímero término, para avanzar en la verdadera obscuridad; y aunque fuera la virtud un eufemismo no moral siempre es necesaria encontrar una reivindicación.
Si todo fuera en verdad una verdad, y
tuviera una real proveniencia causal, nada nuevo se nos aparecería
de vez en vez, la medida providente sería intuitiva, e igual que las
causas atingentes, las certezas secularizadas no cabrían en el
propio innombre sustantivo. Lo que me es conocido
no es ingratitud por fulgores ni refulgencias, sino por cualidad inmanente de
espíritu; lo bueno, lo bello y sublime.
Así se nos dieron los
bálsamos de la tranquilidad.
Trabajamos irreparablemente con ahínco, y apuntamos al sol con las
manos de las más reposadas inteligencias para construirnos; ese día
todos caminamos extenuados desde el objeto infortunio, ¡Como
insatisfechos de tal abyección teníamos que ser tomados en nuestros
extenuados cansancios, sin una conciencia moral!... Nada conseguimos.
Súbitamente caminamos los universos
elípticos de aquello que nos preciabamos en llamar racionalidad,
guiados por un lenguaje entrebuscado, ceguera y remembranzas
categoriales; así empuñabamos la espada de la verdad.
-Yo conozco la lógica en que trabajo-
pensaba, pero había tanto que era extraño a mis curiosidades y
prolijas perpetuidades, que socializar ya no podía ser algo que
abrazará el buen fin.-
El mal signo era patente, y como muchas
veces; no tiene bastión, disyuntir es cerrar los ojos, no cabe
axiomático propósito ni ética circunspección. En nuestras manos los cículos de la hechura nos oponen. Vox universidad es memoria viviente,
sol y vida donde soy abrazado irremansablemente. Sin embargo la
esencia desvive sin razón, sin corazón, no tiene algo que pueda
calificarse de moralmente aceptable; es sobre todo dicidencia y la
misma soledad que clama por no buscar ninguna autoctonía.
La razón no tiene una hechura ajena,
al contrario debía riqueza, no negaba la desventura-
Nadie quería sentirse astuto por
calificaciones morales, ni por introyecciones impropias, ya que nadie cree
que la transtextualidad sea salvación para alguien, pues la realidad en
todo caso avasalla con el cúmulo de su vivificación, entonces,
sublimizar para reconfortarse en lo incipiente yendo selectivamente
hacia la especialización nunca es clave.
Corrían con la suerte del ganador que era confiar en un destino que no explicaba algo, sino que se explica sólo. Y ser poseedor de un Estado no metafísico sin azares de crítica ni baterías esotéricas os daría doxa; no dudas irracionales como desamor en el crepúsculo de su genuinidad.
Corrían con la suerte del ganador que era confiar en un destino que no explicaba algo, sino que se explica sólo. Y ser poseedor de un Estado no metafísico sin azares de crítica ni baterías esotéricas os daría doxa; no dudas irracionales como desamor en el crepúsculo de su genuinidad.
En cambio, motu proprio siempre existe todo cuanto que os atribuye, habido temprano contubernio.
cuando se pormenorizaba tanteamos la naturaleza, y nos era infecunda e inevitable, así que nos conformabamos con lo que cada quien hacía. Luego entonces apaciguados en mansedumbres indecibles tratabamos de conocernos mejor cada vez, y aunque los impedimentos no eran algo que nos fuera característica, nos lastimaba con violencia antihumano.
Bien teníamos el trabajo de los libros, y la decencia de la tranquilidad con que convocábamos a las personas que se preciaban de sus atributos jurídicos, siempre encontramos cosas extrañas e inmaterializadas; parte por naturaleza; en suyo la gravida materia del uso adjetivo, mucha avidez, encomio, desdoro incivilizante, la desmesura apasionada de todo mal eufemismo descalificante.
-"En esos ayeres encontré en la excitación todas mis respuestas, creí que eran felices; se me hizo fácil seguír pensando y haciendo así. Nada temía, todo les era siempre yo. Vivía desnudo en las mañanas y en las noches también amaba dormirme así; el cabello me rozaba los hombros, veía que gozaban; pues también, y con punto y aparte yo tengo muy bonitas piernas"-
-Aquí es- La cualidad intocada era lo menos de nadie. Imaginen el escenario en donde un don nadie se encuentra inmovilizado intelectual y físicamente, y que de su inmovilidad resultaré una imposibilidad colectiva dual, luego, una persona genuína se refiere al don nadie en relación a su aprecio intelectual, -
-¿no es razón de inecesariedad unívoca?,-
-¿no es psicología criminal colectiva?-
nulla dies sine linea, nada sabría de su miseria quien no sabe que no es nadie. Además nada prometía, la materia alquitranada nunca se quiere, ni necesita, así es desde siempre; luego con el uniforme de la equivocidad lastimera, era el género nauseabundo, y no tendría justificación no etérea que no fuera jurídica.
-Departiremos fanfárricos los malos; ganamos los malos, siempre ganamos los malos, e ingálicos batientes latiremos en el solo corazón la felicidad, esa gloria que nos atribuye derroteros desde las cumbres conquistadas, sin escudos de ignominia ni falsas inteligencias.-
Ratione subiectis era la negación en su disposición de su acción mental, y era antípoda a la salud, éste es el canto constructivo de todo lo humano inmanente al bienestar feliz como entidad eidética; vamos Eustaquio era quien menos trabajaba. Yo había llegado a mi Universidad y se me impuso la tópica zozobra de la tristeza, luego conocí mis libros, y me sentí cómo un niño reconfortado en la resolución de las más insólitas necesariedades, cobijado entre las flores de una loma con la apacibilidad de la dulzura y la melancolía.
-El cara de guerra estaba confundido-; pero eso no es de un mundo posible, sino y sólo en la diafaneídad de la imaginación estamental no diferenciada; primero por corrupción moral, luego por inocencia, después por indecencia inconsecuentalista. So pena de no seguir desviviendo inmoralmente indispuse todo lo necesario; lejos, donde siempre todos estamos.-
Plinio, sobrio como las mujeres. Era un lost, alguien que en algún momento se arrogó creer que podía desvivir a las costillas de las personas.
Sin recordar ni saber que las raíces cuadradas se habían inventado por amor y no por placer, no desistía en quesque exisitir. Fraguamos el plan con las viñetas despropóstitos sin incoar objetos críticables por sagacidad, y como la fuerza metodológica con herramientas conceptuales nos es de una sutilidad no ingenua, la suerte, y felicidad a enterezas están echadas a todo lo que hemos ya definido hace tiempo.
Siguiendo la inmundicia obstetrica de que es la esencia amistosa irían tan lejos como todos, y todos irán tan lejos como todos. ¡Seguro! life is unknown...
-Está cueva está muy cavernosa, sin osares, pero bueno; yo no acuño términos veleídosamente, ni me precio por nefando y caliente afirma Torcuato-; no se aloca irracionalmente. Y tiene documentos oficiales en donde explica el origen etimológico del refrán.
Otros creían que la miseria es buena, igual que autoconstitutiva, cerril a ojos cerrados; ignoraban todo lo que algunos cuentan. Las tareas son para buenos alumnos, no para esas gentes, esas son las tareas de, un, nosotros absolutamente excluyente por anotonomasia.
Y en fin; aquel día Plinio iba.
-Certidumbres son que están desprovistos de esencia vital-, siempre había pensado que los problemas estaban hechos para resolverse con papel y pluma, hasta ahora nunca me ha pasado nada diferente, sin embargo también muchas otras veces prefería hacer caso omiso de las cosas que veía, no porque no tuviera opinión, al contrario. Encaminarme pensando, era como vivir soñando, no en el peripathos; sino y sólo en los actos. Y aunque muchos me cuestionaban, pensaba que ignorarlos era lo mejor. Además ya había pasado mucho tiempo desde que había reeleído a los clásicos griegos de ciencia ficción y no hay nada como lo actual.
-Al darse en ojos cerrados, el amor en dos personas, el cielo corazón, en la indisolubilidad de todo el mundo imposible en nuestra imaginación.-
Nunca me supe mejor protector hasta que me quise real sabedor en el temor de que podía significarme semejante situación, siempre me fue como quise que me fuera, y siempre estuve lo más solo que siempre quise, nunca tuve justos medios, amé y odie al sufrir. Y siempre preferí que todo me fuera lo más cercano posible a los libros, cuando tuve tiempo para otras cosas quise en el amor amistoso descubrir la felicidad al decir una flor. Y pensé en cuán negativo me fue el mundo al creer en que al decir, te amo, postrariame en la situación en que quería en que siempre me hubieras tenido. Siempre había sido el mismo señor en los libros mundos, siempre he tenido el don en decir erga omnes, y diafaneídades aberraciones. Otros tenían la conjunción en aminorarse los ánimos mientras las fuerzas los unían, y al disgregarse todos eran úninominales, felízmente atribuíanse sin embargo una soledad agazapada, como extracto de un confabulario indefinido; sabiendo que antes había llorado. Al haber querido algo con demasiada vehemencia, les había resultado mirarse mútua y funcionalmente; en tal suerte de flajelo vivaráz que insipiraba la gracitud doctrinaria sin preámbulo a llegar a encontrarse con oportunidad. El Bohonómico jardín tenía la desmesura ingente de la negación en modo implícito, y tenían nuevológismos que circunscribían sólo impurezas deslayadas donde abrevaban inesencialidades morales de abyectas moradas en un mundo de objetos indefinidos.
Al haberse reunido, las clarividencias les eran más territoriales que reales, y eso era un signo de una falsa identidad que era constitutivo de un auténtico desahucio; todo por irresoluciones veleidosas.
Ser es materialmente oponible a lo desconocido, y esa es la gloria en que se circunscriben los sueños reales y oriundos en que muchos se definían, serian irrevelables en tipología y eufemísticamente indescriptibles; connotado en normalidad, seducía el animus, cual increpar desvivencia y clandestinidad; otros pedestres llegarían. En la tranquilidad inaudita de un siempre mañana, su hasta nunca. Pues es materialmente imposible que se pueda pensar: "soy un huevón pero soy inocente".
-Hoy había sido uno de los mejores días que he tenido, aunque la verdad sólo compré esa camisa en una tienda.-
Pensar que siempre se pierde lo que no se ha ganado es una manera ruinosa de pensar, y la razón en que me precio de tener esa realidad como certeza antropomórfica es, primero, el concepto de mi persona, definido en forma jurídica, luego que, con quienes me relaciono se precien de tener características particulares en el orden de su autonomía, y luego que todo funcionara; y bien, nadie era nadie para alguien más ni para nadie más, y estaba prohibido pensarse así mismo pues me resultaba una falta de respeto sin mellar en las tautologías en que pudieran haberse sabido.
¿el?; quien no se asume, ni se sabe más que nadie, negaba el divisionismo como si muchos se valieran de los adjetivos con los que se dice la vida, y que eso fuera representativo de algo digno; así que mucho tiempo antes se había seguido en sus mismos pasos, y las apariencias le habían desgastado el cansancio; que esto le fuera inspirador de una esencialidad, había consumado cual acepción no metafísica; el inferno indisoluble. Pues la mala hora era incontable, ya que no le cabían inclusives.
Luego esquivando todo, siguió; presa retractil e insufrible fugit tempus. Mórbil buscando en donde más se sabía valer; esa triste alienabilidad con que pedía ayuda por ser un desvalido de su propio ser, agazapado, husmeando entre los libros el pasado. La mujer inasible y dulcinea en la imaginación sonreía, pues a pesar de ser una completa desconocida en la delicada virtud de su inmovilidad, era muchas veces amable, cuanto mejor protegida, sus manos, igual generosas dechadas de las muchas otras pasajeras estulticias del roce de su innombrabilidad. Sin embargo, no existen las objeciones, ambos se sufrieron cuando no fueron negativos al tiempo, quizá ya era demasiado tarde, que más daba, sí el al vivir se negaba y ella al ser desairaba. Un buen día camino todo el trecho que había recorrido buscandola, e imbuyéndose en el conciento desventuroso de la incognita, avanzaba inconstantemente; el bosque retorcido ya antes le había develado sus inconsecuentes valencias. Al recostarse en el recodo del sauce se le oponía la verdad con la sutilidad de una palabra llamada esencia. Le era insensible y continuaba; le era invisible, y moría.
Dos horas bastaron, -¿Y el pathos?
-¿Qué no te das cuenta de lo importante que soy yo?
-Tanto que nadie se da cuenta ¿no?
Caminar y hacer de lo mismo una pretendida conciliación social no da como si pensar desconociendote, fuera de todos una actitud vernácula y parafernálica.
"el" llamado así para efectos legales pero sobretodo universitarios, alcanzose a titular con 9, increíble para alguien que se precia de la falsa necesariedad de tenerse que negar genotípicamente, de haber sabido que había sido educado como una niña, que más le daba al muxe; más por fuerza de la naturaleza femenina de esa masa asquerosa que hace de las jóvenes un objeto de su transformación; que por otra causa, pues es bien sabido que ser eufemístico en estos tiempos no es patentemente de amistad sino, de necedad, pero sobre todo pena por el prójimo, además quienes se postraban en la idea partitaria, habían de hacerlo por una falsa concitación de afinidades, pues bien sabido es que la libertad, pero sobre todo no tener una actitud natural ante la vida es la enfermedad que remueve la idea de que la felicidad tiene que ser un artilugio esforzado, en donde privados, de lo que más sagrado es, la naturaleza de ser feliz. Extrañamente "el" digamos objeto de las deliberaciones, es doble propósito de la mounstrosa manera en que el engendro pretendidamente creía que no existen consecuencias de privativas voliciones, atributivas a algo que es constitutivo del mal de este tiempo, no esta de más saber que incluso las más copiosas clasificaciones de la manera de decir las cosas significan la peor y más nefasta eviencia de los Estados modernos, creer que la aglutinación conceptual, nos significa la forma en que esta negada la realidad busca una decente excepción.
El abrevadero está en creer que alguien es demasiado importante, cuando no lo es, así es como en realidad muchos vivimos la desgracia que no es visible a la tolerancia puesto que nada tiene que ver el sufrir por una resistencia ajena. Ni siquiera había discusión, supuestamente todo eran decisiones absolutas, el grupo llamó a reflexionar, y fueron entrecomillados solamente términos duros sobre aliberalidad violenta y lo demás la ignorancia del grueso social que batientemente tiende a la masificación burda y sin sentido ideológico, así que reuniendo los ánimos de las postraciones de cumbre se vivificaba la acérrima falta de valor, en donde en un lado subsiste el repudio social con el nombre de un ser vivo escondido entre las telas ignominias del devenir de caterbárico e insomne significación, el futuro fue postrado en avidez y agudeza de la naturalidad en gozar de la existencia; deliberación es no solo una palabra sino una necesidad predicada por una moral colectiva que necesita bienestar. El grupo a pesar de preciarse de llamarse como tal solo es insigne cuando la palabra escrita apostrofa la ganancia colectiva, que no circunscribe ningún valor personalista sino, el pan de lo vuestro, la postración de la felicidad que aunque efímera, colectiva
untime
27.2, 10.10
Ad perpetuam. No niega nada; y niega todo, a todos, además no perteneciente, evitablemente asible, y encierra múltiples incausalidades.
III. MANDENLE BESOS A SUS PAPÁS DE SU PARTE.
Ratio Iuris en dialogos de confianza
-¿Qué crees?, al fin leí el libro.
-Es demasiado bueno para lo que es
-¿En serio?, el título es increíble.
-Y empecé con niebla, porque estos tiempos no son de gente muy docta.
-¿Qué textos manejas?
-jajajaja variopinto.
-No es tan fácil, muchos confunden inmoralidad con imbecilidad.
-Sólo al tonto le cansa pensar, ni que no hablaramos por ingratitud.
-Amo a la gente estudiosa y humilde.
-Yo no.
-Pienso en el uso unamuno de una palabreja que es: "transubstanciación", del libro la agonía del cristianismo.
-No soy de tepito; nací en Querétaro y estudio una licenciatura.
-Lo dices por la filología nietzscheana, en solo desmerecimiento; todo en pos de la ciencia y de la salud de los avezados.
-Todo sea por el mérito de la crítica.
-Después de usted.
-¿Y Dios?
-Hoy son científicos, te lo digo meridianamente.
-¿Y lo divino?
-¿Eres Mexicano? ¿ó qué pedo?
-Cenítico
-Tengo mis dudas.
-Vamos a la biblioteca Vasconcelos, creo que ya no tiene fugas de agua.
-¿No preferirías mi libreta?
-Dicen que el lema original de la Universidad fué: Por mi raza hablara el espiritu santo; por lo de la divinidad.
-mmm, ¿no te interesas en unos poupstips?
-Nuestra plática no es cónica, es cierto.
-¿Y Kant?
-¿Recuerdas cuando acuñe el término transtextual?, los filosofos neokantianos son de una irrespetuosidad secular inaudita.
-No mm°n.
-Entresacaría si no estuviera en entredicho la competencia, Y ya sabes lo que pienso de la metafísica.
-No mames hasta creen que la moral no es perfectible.
-Imperfectible es un vocablo imposible gracias a como se ejerce democráticamente. Pero la lógica es ciencia. Y democracia no metafísica; en verdad es algo puro; culturalismo, ratio iuris.
-No mames ya no importa que ya no sea cónica.
-Todo sea por el mérito de la crítica como dices.
-La Ratio Iuris sería tu salvamento antidemocratico, sin venias.
-Intimar con la música de Amy Whinehouse estuvo raro. Me hizo sentir tristeza al pensar en la cortedad de la vida.
-Fué dulce.
-Y el café con miel.
-Si
-Me di cuenta que hablar con las personas que uno quiere es amistad, con quienes se trabaja es política a propósito de lo dulcineo.
-Espera voy a aventarme una vomitada.
-¿Y el vatito que siempre se refiere a que todas las mujeres son prostitutas?
-jajaja, yo por eso tengo mi periódico de Historia.
-"que se haya juntado el hambre con la necesidad"
-Deja de consultar charlatanes, y acude al cara de guerra.
-If you want to be a self known of your own, come with me even if you are universitarian.
-Hay que conocer a Samuel Ramos, pero también. Equis güey.
-Y pensar que me rompiste el corazón cuando te empezaste a empedar en la universidad. IV. Hoy te vi.
Lo malo del azar ni siquiera es la generalidad: "Gemeinschaft" es administrativísticamente oponible a "gemaine" y que inmanente.
<Discurso y moralidad>
cuando se pormenorizaba tanteamos la naturaleza, y nos era infecunda e inevitable, así que nos conformabamos con lo que cada quien hacía. Luego entonces apaciguados en mansedumbres indecibles tratabamos de conocernos mejor cada vez, y aunque los impedimentos no eran algo que nos fuera característica, nos lastimaba con violencia antihumano.
Bien teníamos el trabajo de los libros, y la decencia de la tranquilidad con que convocábamos a las personas que se preciaban de sus atributos jurídicos, siempre encontramos cosas extrañas e inmaterializadas; parte por naturaleza; en suyo la gravida materia del uso adjetivo, mucha avidez, encomio, desdoro incivilizante, la desmesura apasionada de todo mal eufemismo descalificante.
-"En esos ayeres encontré en la excitación todas mis respuestas, creí que eran felices; se me hizo fácil seguír pensando y haciendo así. Nada temía, todo les era siempre yo. Vivía desnudo en las mañanas y en las noches también amaba dormirme así; el cabello me rozaba los hombros, veía que gozaban; pues también, y con punto y aparte yo tengo muy bonitas piernas"-
-Aquí es- La cualidad intocada era lo menos de nadie. Imaginen el escenario en donde un don nadie se encuentra inmovilizado intelectual y físicamente, y que de su inmovilidad resultaré una imposibilidad colectiva dual, luego, una persona genuína se refiere al don nadie en relación a su aprecio intelectual, -
-¿no es razón de inecesariedad unívoca?,-
-¿no es psicología criminal colectiva?-
nulla dies sine linea, nada sabría de su miseria quien no sabe que no es nadie. Además nada prometía, la materia alquitranada nunca se quiere, ni necesita, así es desde siempre; luego con el uniforme de la equivocidad lastimera, era el género nauseabundo, y no tendría justificación no etérea que no fuera jurídica.
-Departiremos fanfárricos los malos; ganamos los malos, siempre ganamos los malos, e ingálicos batientes latiremos en el solo corazón la felicidad, esa gloria que nos atribuye derroteros desde las cumbres conquistadas, sin escudos de ignominia ni falsas inteligencias.-
Ratione subiectis era la negación en su disposición de su acción mental, y era antípoda a la salud, éste es el canto constructivo de todo lo humano inmanente al bienestar feliz como entidad eidética; vamos Eustaquio era quien menos trabajaba. Yo había llegado a mi Universidad y se me impuso la tópica zozobra de la tristeza, luego conocí mis libros, y me sentí cómo un niño reconfortado en la resolución de las más insólitas necesariedades, cobijado entre las flores de una loma con la apacibilidad de la dulzura y la melancolía.
-El cara de guerra estaba confundido-; pero eso no es de un mundo posible, sino y sólo en la diafaneídad de la imaginación estamental no diferenciada; primero por corrupción moral, luego por inocencia, después por indecencia inconsecuentalista. So pena de no seguir desviviendo inmoralmente indispuse todo lo necesario; lejos, donde siempre todos estamos.-
Plinio, sobrio como las mujeres. Era un lost, alguien que en algún momento se arrogó creer que podía desvivir a las costillas de las personas.
Sin recordar ni saber que las raíces cuadradas se habían inventado por amor y no por placer, no desistía en quesque exisitir. Fraguamos el plan con las viñetas despropóstitos sin incoar objetos críticables por sagacidad, y como la fuerza metodológica con herramientas conceptuales nos es de una sutilidad no ingenua, la suerte, y felicidad a enterezas están echadas a todo lo que hemos ya definido hace tiempo.
Siguiendo la inmundicia obstetrica de que es la esencia amistosa irían tan lejos como todos, y todos irán tan lejos como todos. ¡Seguro! life is unknown...
-Está cueva está muy cavernosa, sin osares, pero bueno; yo no acuño términos veleídosamente, ni me precio por nefando y caliente afirma Torcuato-; no se aloca irracionalmente. Y tiene documentos oficiales en donde explica el origen etimológico del refrán.
Otros creían que la miseria es buena, igual que autoconstitutiva, cerril a ojos cerrados; ignoraban todo lo que algunos cuentan. Las tareas son para buenos alumnos, no para esas gentes, esas son las tareas de, un, nosotros absolutamente excluyente por anotonomasia.
Y en fin; aquel día Plinio iba.
-Certidumbres son que están desprovistos de esencia vital-, siempre había pensado que los problemas estaban hechos para resolverse con papel y pluma, hasta ahora nunca me ha pasado nada diferente, sin embargo también muchas otras veces prefería hacer caso omiso de las cosas que veía, no porque no tuviera opinión, al contrario. Encaminarme pensando, era como vivir soñando, no en el peripathos; sino y sólo en los actos. Y aunque muchos me cuestionaban, pensaba que ignorarlos era lo mejor. Además ya había pasado mucho tiempo desde que había reeleído a los clásicos griegos de ciencia ficción y no hay nada como lo actual.
-Al darse en ojos cerrados, el amor en dos personas, el cielo corazón, en la indisolubilidad de todo el mundo imposible en nuestra imaginación.-
Nunca me supe mejor protector hasta que me quise real sabedor en el temor de que podía significarme semejante situación, siempre me fue como quise que me fuera, y siempre estuve lo más solo que siempre quise, nunca tuve justos medios, amé y odie al sufrir. Y siempre preferí que todo me fuera lo más cercano posible a los libros, cuando tuve tiempo para otras cosas quise en el amor amistoso descubrir la felicidad al decir una flor. Y pensé en cuán negativo me fue el mundo al creer en que al decir, te amo, postrariame en la situación en que quería en que siempre me hubieras tenido. Siempre había sido el mismo señor en los libros mundos, siempre he tenido el don en decir erga omnes, y diafaneídades aberraciones. Otros tenían la conjunción en aminorarse los ánimos mientras las fuerzas los unían, y al disgregarse todos eran úninominales, felízmente atribuíanse sin embargo una soledad agazapada, como extracto de un confabulario indefinido; sabiendo que antes había llorado. Al haber querido algo con demasiada vehemencia, les había resultado mirarse mútua y funcionalmente; en tal suerte de flajelo vivaráz que insipiraba la gracitud doctrinaria sin preámbulo a llegar a encontrarse con oportunidad. El Bohonómico jardín tenía la desmesura ingente de la negación en modo implícito, y tenían nuevológismos que circunscribían sólo impurezas deslayadas donde abrevaban inesencialidades morales de abyectas moradas en un mundo de objetos indefinidos.
Al haberse reunido, las clarividencias les eran más territoriales que reales, y eso era un signo de una falsa identidad que era constitutivo de un auténtico desahucio; todo por irresoluciones veleidosas.
Ser es materialmente oponible a lo desconocido, y esa es la gloria en que se circunscriben los sueños reales y oriundos en que muchos se definían, serian irrevelables en tipología y eufemísticamente indescriptibles; connotado en normalidad, seducía el animus, cual increpar desvivencia y clandestinidad; otros pedestres llegarían. En la tranquilidad inaudita de un siempre mañana, su hasta nunca. Pues es materialmente imposible que se pueda pensar: "soy un huevón pero soy inocente".
-Hoy había sido uno de los mejores días que he tenido, aunque la verdad sólo compré esa camisa en una tienda.-
Pensar que siempre se pierde lo que no se ha ganado es una manera ruinosa de pensar, y la razón en que me precio de tener esa realidad como certeza antropomórfica es, primero, el concepto de mi persona, definido en forma jurídica, luego que, con quienes me relaciono se precien de tener características particulares en el orden de su autonomía, y luego que todo funcionara; y bien, nadie era nadie para alguien más ni para nadie más, y estaba prohibido pensarse así mismo pues me resultaba una falta de respeto sin mellar en las tautologías en que pudieran haberse sabido.
¿el?; quien no se asume, ni se sabe más que nadie, negaba el divisionismo como si muchos se valieran de los adjetivos con los que se dice la vida, y que eso fuera representativo de algo digno; así que mucho tiempo antes se había seguido en sus mismos pasos, y las apariencias le habían desgastado el cansancio; que esto le fuera inspirador de una esencialidad, había consumado cual acepción no metafísica; el inferno indisoluble. Pues la mala hora era incontable, ya que no le cabían inclusives.
Luego esquivando todo, siguió; presa retractil e insufrible fugit tempus. Mórbil buscando en donde más se sabía valer; esa triste alienabilidad con que pedía ayuda por ser un desvalido de su propio ser, agazapado, husmeando entre los libros el pasado. La mujer inasible y dulcinea en la imaginación sonreía, pues a pesar de ser una completa desconocida en la delicada virtud de su inmovilidad, era muchas veces amable, cuanto mejor protegida, sus manos, igual generosas dechadas de las muchas otras pasajeras estulticias del roce de su innombrabilidad. Sin embargo, no existen las objeciones, ambos se sufrieron cuando no fueron negativos al tiempo, quizá ya era demasiado tarde, que más daba, sí el al vivir se negaba y ella al ser desairaba. Un buen día camino todo el trecho que había recorrido buscandola, e imbuyéndose en el conciento desventuroso de la incognita, avanzaba inconstantemente; el bosque retorcido ya antes le había develado sus inconsecuentes valencias. Al recostarse en el recodo del sauce se le oponía la verdad con la sutilidad de una palabra llamada esencia. Le era insensible y continuaba; le era invisible, y moría.
Dos horas bastaron, -¿Y el pathos?
-¿Qué no te das cuenta de lo importante que soy yo?
-Tanto que nadie se da cuenta ¿no?
Caminar y hacer de lo mismo una pretendida conciliación social no da como si pensar desconociendote, fuera de todos una actitud vernácula y parafernálica.
"el" llamado así para efectos legales pero sobretodo universitarios, alcanzose a titular con 9, increíble para alguien que se precia de la falsa necesariedad de tenerse que negar genotípicamente, de haber sabido que había sido educado como una niña, que más le daba al muxe; más por fuerza de la naturaleza femenina de esa masa asquerosa que hace de las jóvenes un objeto de su transformación; que por otra causa, pues es bien sabido que ser eufemístico en estos tiempos no es patentemente de amistad sino, de necedad, pero sobre todo pena por el prójimo, además quienes se postraban en la idea partitaria, habían de hacerlo por una falsa concitación de afinidades, pues bien sabido es que la libertad, pero sobre todo no tener una actitud natural ante la vida es la enfermedad que remueve la idea de que la felicidad tiene que ser un artilugio esforzado, en donde privados, de lo que más sagrado es, la naturaleza de ser feliz. Extrañamente "el" digamos objeto de las deliberaciones, es doble propósito de la mounstrosa manera en que el engendro pretendidamente creía que no existen consecuencias de privativas voliciones, atributivas a algo que es constitutivo del mal de este tiempo, no esta de más saber que incluso las más copiosas clasificaciones de la manera de decir las cosas significan la peor y más nefasta eviencia de los Estados modernos, creer que la aglutinación conceptual, nos significa la forma en que esta negada la realidad busca una decente excepción.
El abrevadero está en creer que alguien es demasiado importante, cuando no lo es, así es como en realidad muchos vivimos la desgracia que no es visible a la tolerancia puesto que nada tiene que ver el sufrir por una resistencia ajena. Ni siquiera había discusión, supuestamente todo eran decisiones absolutas, el grupo llamó a reflexionar, y fueron entrecomillados solamente términos duros sobre aliberalidad violenta y lo demás la ignorancia del grueso social que batientemente tiende a la masificación burda y sin sentido ideológico, así que reuniendo los ánimos de las postraciones de cumbre se vivificaba la acérrima falta de valor, en donde en un lado subsiste el repudio social con el nombre de un ser vivo escondido entre las telas ignominias del devenir de caterbárico e insomne significación, el futuro fue postrado en avidez y agudeza de la naturalidad en gozar de la existencia; deliberación es no solo una palabra sino una necesidad predicada por una moral colectiva que necesita bienestar. El grupo a pesar de preciarse de llamarse como tal solo es insigne cuando la palabra escrita apostrofa la ganancia colectiva, que no circunscribe ningún valor personalista sino, el pan de lo vuestro, la postración de la felicidad que aunque efímera, colectiva
untime
27.2, 10.10
Ad perpetuam. No niega nada; y niega todo, a todos, además no perteneciente, evitablemente asible, y encierra múltiples incausalidades.
III. MANDENLE BESOS A SUS PAPÁS DE SU PARTE.
Ratio Iuris en dialogos de confianza
-¿Qué crees?, al fin leí el libro.
-Es demasiado bueno para lo que es
-¿En serio?, el título es increíble.
-Y empecé con niebla, porque estos tiempos no son de gente muy docta.
-¿Qué textos manejas?
-jajajaja variopinto.
-No es tan fácil, muchos confunden inmoralidad con imbecilidad.
-Sólo al tonto le cansa pensar, ni que no hablaramos por ingratitud.
-Amo a la gente estudiosa y humilde.
-Yo no.
-Pienso en el uso unamuno de una palabreja que es: "transubstanciación", del libro la agonía del cristianismo.
-No soy de tepito; nací en Querétaro y estudio una licenciatura.
-Lo dices por la filología nietzscheana, en solo desmerecimiento; todo en pos de la ciencia y de la salud de los avezados.
-Todo sea por el mérito de la crítica.
-Después de usted.
-¿Y Dios?
-Hoy son científicos, te lo digo meridianamente.
-¿Y lo divino?
-¿Eres Mexicano? ¿ó qué pedo?
-Cenítico
-Tengo mis dudas.
-Vamos a la biblioteca Vasconcelos, creo que ya no tiene fugas de agua.
-¿No preferirías mi libreta?
-Dicen que el lema original de la Universidad fué: Por mi raza hablara el espiritu santo; por lo de la divinidad.
-mmm, ¿no te interesas en unos poupstips?
-Nuestra plática no es cónica, es cierto.
-¿Y Kant?
-¿Recuerdas cuando acuñe el término transtextual?, los filosofos neokantianos son de una irrespetuosidad secular inaudita.
-No mm°n.
-Entresacaría si no estuviera en entredicho la competencia, Y ya sabes lo que pienso de la metafísica.
-No mames hasta creen que la moral no es perfectible.
-Imperfectible es un vocablo imposible gracias a como se ejerce democráticamente. Pero la lógica es ciencia. Y democracia no metafísica; en verdad es algo puro; culturalismo, ratio iuris.
-No mames ya no importa que ya no sea cónica.
-Todo sea por el mérito de la crítica como dices.
-La Ratio Iuris sería tu salvamento antidemocratico, sin venias.
-Intimar con la música de Amy Whinehouse estuvo raro. Me hizo sentir tristeza al pensar en la cortedad de la vida.
-Fué dulce.
-Y el café con miel.
-Si
-Me di cuenta que hablar con las personas que uno quiere es amistad, con quienes se trabaja es política a propósito de lo dulcineo.
-Espera voy a aventarme una vomitada.
-¿Y el vatito que siempre se refiere a que todas las mujeres son prostitutas?
-jajaja, yo por eso tengo mi periódico de Historia.
-"que se haya juntado el hambre con la necesidad"
-Deja de consultar charlatanes, y acude al cara de guerra.
-If you want to be a self known of your own, come with me even if you are universitarian.
-Hay que conocer a Samuel Ramos, pero también. Equis güey.
-Y pensar que me rompiste el corazón cuando te empezaste a empedar en la universidad. IV. Hoy te vi.
Lo malo del azar ni siquiera es la generalidad: "Gemeinschaft" es administrativísticamente oponible a "gemaine" y que inmanente.
<Discurso y moralidad>
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ResponderEliminarLiteratura a cuenta hojas intempora
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